domingo, 16 de noviembre de 2008

Esbrinar



Es una palabra preciosa: "esbrinar"

Consiste en separar las briznas o estigmas de azafrán del resto la la flor. No sé porqué la recogida del azafrán siempre me ha parecido un ritual de lo más sugerente.

La flor del azafrán florece hacia finales de octubre y principios de noviembre, ese día se conoce como el día del manto. La rosa florece al amanecer y es en ese mismo instante cuando debe ser recogida de la tierra, porque un contacto prolongado con la luz podría dañar la delicada planta y sus estigmas perder color y aroma.

Una vez recogida las rosas, se transportan en canastos de mimbre o esparto hasta la casa, donde se extendían sobre sacos para que se secaran mientras se almorzaba. Y en penumbra, para no dañar los estigmas, la familia reunida alrededor de la mesa charlan y esbriznan con delicadeza la flor del azafrán durante horas. Charlando, disfrutando y trabajando juntos varias generaciones compartían ese momento mágico de separar los estigmas de la flor que duraba hasta largas horas de la noche. Era generalmente una labor femenina.

Oro rojo lo llaman, por el alto precio que puede llegar a alcanzar en el mercado. Habitualmente, el dinero obtenido por el cultivo del azafrán, no se destinaba en la economía doméstica para gastos cotidianos, sino para gastos familiares extraordinarios como una boda o un bautizo. Se asociaba tanto la planta a la riqueza y prosperidad que era frecuente regalar a la pareja de novios unas briznas de azafrán como dote. A veces, también se esparcía azafrán sobre el lecho de bodas.

Una vez separadas las hebras de la flor, se colocan sobre un paño de seda y sobre una estufa o similar se tuestan para mantener su aroma. El azafrán tostado se iba guardando día tras día en una caja, tapado con papel y un trapo blanco, en un lugar seco y sin humedad.

Pero al igual que otras tradiciones rurales, el cultivo del azafrán se está perdiendo.

2 comentarios:

Rustis dijo...

Ya sé que tiene poco que ver, pero cuando teía 12 años, en el festival del colegio, representamos dos fragmentos de una zarzuela muy chula que se llamaba "La rosa del azafrán", en la que cantábamos y bailábamos de verdad de la buena...
En los castings para elegir protagonista, quedé segunda, jeje, qué tiempos aquellos de la infancia. Así que salía justo detrás de la prota, ahí, dando el cante...

Ale, voy a dejarlo porque cada día me parezco más al abuelo batallitas, qué peste de niña.

¿Por fin recordaste la palabra, verdad? Estuviste un rato en Ballesteros venga pensar...

Anso dijo...

¿Azafrán sobre la cama? Creo que ahora dejan barriles de petróleo, algo muy sugerente.